Megan Frye nos da un recorrido por uno de los santuarios naturales más importantes de Argentina: el Parque Nacional Iberá.
En el cálido rincón noreste de Argentina, lejos de sus famosas montañas, está ubicado una historia sueño de la conservación. Aquí, deambulan, deslizan y vuelan unas especies especiales y endémicas a Argentina. Pero no siempre fue así. Jaguares, ocelotes, venados, osos hormigueros, guacamayas, nutrias y varios más están de regreso en Esteros de Iberá, el parque nacional más grande de Argentina.
Hace 40 años, casi todos aquellos animales nativos estaban a punto de extinción en esta zona, cazados por su piel, su carne, y por deporte.Este parque de más de 1,300,000 hectáreas fue fundado para conservar lo que quedaba de su naturaleza.
Atardecer en el Parque Nacional Iberá / Megan Frye
En realidad, son dos parques: el nacional y el provincial, ambos ubicados en la provincia de Corrientes: un territorio plano, vasto, con poca gente y libre de contaminación de luz. Aquí, el horizonte es sin fin, y las estrellas son un tapiz infinito. El parque provincial se creó en 1983, con su territorio aumentado durante los siguientes décadas en gran parte por el esfuerzo de los conservadores, Douglas y Kristine Tompkins.
Los Tompkins, de origen estadounidense, se enamoraron con la belleza y fuerza de la naturaleza argentina y chilena, y por su fundación, Conservation Land Trust (ahora funcionando como Tompkins Conservation junto con Rewilding Argentina), han expandido parques provinciales y nacionales con el motivo de conservar y preservar sus ecosistemas. Desde su introducción a Iberá a finales del siglo XX, la fundación de los Tompkins ha agregado más de 400,000 hectáreas a Iberá, que ellas y sus habitantes animales serán protegidos por la ley.
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Iberá es uno de los esteros más grandes del mundo, el doble del tamaño de Los Everglades de Florida, pero más pequeño de la región Pantanal de Brasil, un país vecino, es más grande. La geografía de Iberia incluye lagunas, lagos, ríos, ciénagas y pantanos.
El proceso de la reintroducción de las especies a Iberá comenzó hace 40 años con la creación del parque, pero es un proceso largo, complejo y sensible. Primero, según Agusto Distel, biólogo trabajando para Tompkins Conservation junto con Rewilding Argentina, trabajo que empezó en 2007 con la reintroducción del oso hormiguero, después del proyecto de conservar el territorio y establecerlo como parque.
El proceso de reintroducción de las especies se enfocaba en estabilizar el número de los animales presas: por ejemplo los venados, ya que los capybaras y los caimanes estaban bien. Una vez que tenían poblaciones sanas de los animales de la parte inferior de la cadena alimentaria, lo cual tomó décadas, pudieron empezar con el proceso de la reintroducción de los depredadores, tales como el jaguar, el ocelote y el lobo de crin. Sin deprededores, los capibara están sobrepopulando los esteros. Así que reintroducir los deprededores es importante para la salud del ecosistema.
Capibaras en el Parque Nacional Iberá / Megan Frye
El plan a futuro que tiene Iberá es continuar el proceso de reintroducción de fauna endémica junto con el apoyo de ReWilding Argentina, la fundación nacida desde las iniciativas de los Tompkins. ReWilding Argentina ahora está enfocada en la reintroducción de animales salvajes a parques nacionales y provinciales. Y el Iberá es uno de los más bonitos, ya que por su tamaño, es el lugar ideal para este tipo de iniciativas.
Turismo sostenible
Pero Iberá no se trata solamente de la reintroducción de especies nativas, sino también una experiencia verdaderamente sostenible, que aumenta las oportunidades de trabajo en la provincia de Corrientes, tanto para los proyectos de ReWilding como para la industria del turismo.